El futuro de nuestros hijos, su grado de autonomía y su calidad de vida, dependerá de una ATENCIÓN EDUCATIVA CENTRADA EN SU PERSONA, que implique la participación y coordinación de docentes-profesionales-familia así como de los medios materiales y humanos que precise, porque cada niño con TEA, con sus dificultades y sus distintas capacidades, TIENE DERECHO A APRENDER Y A AVANZAR COMO EL RESTO DE LOS NIÑOS.