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domingo, 29 de enero de 2012

“El cerebro del amor, es el corazón” (Iyán, octubre de 2011)

Llegaste pronto al mundo, pero mantuviste tus ojos cerrados durante días. Cerrados alexterior, concentrado en respirar,  en salir de la incubadora. Saliste. Fuerte, con tus ojazos azules abiertos, interesándose por todo.
Tú voz se escondió, no lograba salir de tu cerebro. Ese cerebro al que tanto le hablamos tú y yo. Ese que me has dicho tiene muchas fotos. Pero tú voz surgió, primero neutra sin acentos, ahora ya tiene personalidad propia: clara, cristalina como tu risa.
Tus manos no conseguían dibujar, pero también lo lograron y ahora plasman la creatividad que derrocha tu cerebro.
No reaccionabas ante mis lágrimas, podía llorar a tú lado. Ahora me preguntas, me consuelas.
Con 4 años señalando una foto en la que tenías casi tres me explicaste que en esa foto no hablabas y que llorabas por ello, que estabas triste. Te pregunté si nos entendías, si sabías que te queríamos. Sí, me contestaste.
​Hubo un tiempo en que no podías explicar cómo te sentías, que te molestaba, que querías. Ahora, vas controlándote, vas explicando que ruido te molesta, que cosas te alteran,…buscamos soluciones juntos. Aún debemos buscar más, surgen nuevos cambios, nuevas situaciones que tienes que aprender a afrontar.
No se dormir, me dijiste un día. Siempre has dormido mal, un sueño alterado, intranquilo, que ha ido mejorando un poquito pero con el que tenemos que convivir.
Has tenido la suerte de encontrarte con personas estupendas en estos tres años trascurridos desde el diagnóstico. Ahora ya hablamos de personas, durante mucho tiempo para tu cerebro  eran seres humanos. Personas que te han ayudado, protegido, estimulado, respetado.
Tú pasión son los animales, tu devoción los cocodrilos. Pero no olvidemos a los delfines, tus amigos mágicos.
Yo durante un tiempo estuve enfadada con el mundo. Después sentí miedo, aún lo siento. Pero siempre he creído que tú, papá y yo tenemos que aprender, día adía, a vivir entre dos mundos y aprovechar lo mejor de cada uno.
 
Un día de mayo de 2008 el autismo  apareció en nuestra vida. Apareció, estaba ahí pero no lo sabíamos reconocer. Un día de julio de 2010 volvió a aparecer pero hacía meses que yo lo había reconocido a nuestro lado, pero eso es parte de otra historia.
Gey

viernes, 20 de enero de 2012

DE LA MANO

Compartimos esta entrada que Amaya Padilla publico en su blog Samoga Especial. .http://samogaespecial.blogspot.com/
Amaya es profesora de Educación Especial y psicopedagoga, ha recibido numerosos premios relacionados con su trabajo y las TIC y trabaja en un colelegio ordinario, aunque su experiencia anterior fue en aulas enclaves, por desgracia la tenemos muy lejos en Tenerife, pero por suerte la tenemos también muy cerca, en el corazón.
Amaya es especial, como persona, he tenido la suerte de conocerla en persona y os aseguro que es maravillosa, y si la veis con los niños. En su faceta como docente es de las que se implica al máximo, ama su trabajo, adora a los niños. Es una gran creadora de materiales, muchos de ellos han formado parte de mi trabajo en casa con Javi, esas fichas con gruas!!, y de anticipación para facilitar a Javi su comienzo en el colegio.
Solo hablar con ellas es un placer, es una fuente de conocimientos y leerla, ya me diréis porque a continuación comparto su última entrada:


De la mano


Los que me seguís desde hace años sabéis que este curso está siendo un punto de inflexión en mi carrera, después de 10 años es la primera vez que trabajo en un Centro Ordinario y compruebo de primera mano lo que supone la integración. Y sí, digo integración y no inclusión porque aún nos queda tanto para llegar a eso...

Soy maestra por vocación, disfruto enormemente con el alumnado con necesidades educativas especiales y reconozco mi debilidad por el alumnado con TEA, pero también soy muy consciente de que sólo estoy 5 de 24 horas que tiene el día.

Y el resto... pues ahí es donde entra la gran admiración que siento por todas las familias que he conocido a lo largo de mi vida y especialmente a través de los Blogs: super mamis y papis (que también los hay), espartanas, luchadoras incansables, entregadas, con un objetivo claro, hacer todo lo posible por ofrecerles la mejor educación posible a sus hijos.

Y digo yo, ¿acaso ese no es también el objetivo de la escuela? y entonces, por qué hay tanto recelo, tanta incomprensión, ¿Sirve de algo mi trabajo, por muy bien que pretenda hacerlo, si camino sola? ¿Puede ir la escuela por un lado, sin contar en primera fila con la familia?

Les aseguro que no, somos una gotita en medio de un mar inmenso por el que pasan nuestros peques, terapias, familia, escuela... si no vamos de la mano, creamos cientos de caminos para nuestros chicos a cuál más inhóspito.

No me cansaré de repetir que la escuela sin las familias no se puede sostener, ¿quién conoce a los chicos mejor que su propia familia?, ¿quién tiene mayor deseo de ver salir adelante a su hij@?, ¿por qué nos causa tanto temor incluirlos en nuestra estructura?

Lo sé, hay familias y familias, pero también hay maestros y maestros y no por eso podemos dejar de intentarlo y de luchar por acercar nuestras manos para caminar juntos.

Por el bien de nuestros peques necesitamos acercar posturas entre todos los servicios y agentes que intervienen, por muy difícil que parezca y por muy diversas que sean nuestras filosofías o formas de trabajo, por encima de todo eso, debemos recordar que lo importante es el bienestar del niño, fomentar su inclusión y ofrecerle las herramientas necesarias para que acceda a la educación.

No soy madre, ni sé si lo seré algún día, pero si lo fuera me encantaría poder tener la fuerza de todas las madres que he conocido gracias a este Blog y a las que les mando todo mi apoyo.

No es que hoy tenga un día pesimista, pero me encantaría por una vez encender el ordenador y no ver entradas ni noticias de las Plataformas exponiendo casos indignantes sobre la falta de recursos escolares, la incomprensión de muchos centros, las dificultades para integrarse y para crear propuestas comunes entre familias y escuela.

Me encantaría que no tuviéramos ninguna historia más para ampliar El Libro Rojo de la Educación (rojo, porque no hay nadie que lo lea y no se ponga de ese color de la vergüenza)
Vergüenza que siento cada vez que pienso en el día a día de muchos de los peques a los que adoro y frustración por no poder gritar más alto.

Sabéis que estoy con vosotras, ahora y siempre, juntas haremos el camino, pasito a pasito, ADELANTE SIEMPRE Y CON UNA SONRISA.

lunes, 16 de enero de 2012

Con los profesionales que se implican

Comenzamos esta aventura con una ilusión tremenda, sabiendo cual es el punto de partida, pero no donde esta la meta ni cuando la alcanzaremos. Empezamos siendo una minoría, pero poco a poco nuestra plataforma va creciendo, esperamos llegar a ser un pelotón grande, que haga ruido y que este unido.

En esta plataforma hay de todo. Si, de todo. Papas, mamas, tenemos alguna abuela, e incluso personas que no son familia de niños con TEA, pero que trabajan con ellos y que nos quieren apoyan en esta iniciativa. Papas de niños en la escuela ordinaria, papas de niños en la escuela especial y en combinada, otros en aulas estables en núcleos rurales, en colegios públicos y concertados…tenemos una pequeña representación de cada modalidad de escolarización. Todos somos bienvenidos.

Desde aquí queremos agradecer a todos los profesores, pt y al que trabajan con nuestros niños día a día en los colegios, por su dedicación, su tesón, su paciencia, su ganas de aprender, de escuchar, de entender y comprender lo mejor que pueden a nuestros hijos, en la mayoría de los casos con los pocos recursos de los que disponen y de la poca formación que se les facilita por parte de la Administración.



Queremos trasmitirles que esta plataforma no va contra ellos ni contra ningún profesional relacionado con el ámbito educativo de nuestros hijos, ni mucho menos. Somos conscientes de la suerte que muchos de nosotros hemos tenido con los profesionales que se hacen cargo de estos alumnos, algunos han sacado petróleo de donde parecía imposible. Lo que pretendemos es mejorar en la medida de lo posible la situación de nuestros hijos, y porque no, poder facilitarles a los profesionales que trabajan con ellos su labor.

Desde la plataforma solo pedimos mejoras educativas que están en mano de las Administraciones y políticos de turno. Nuestras quejas van encaminadas hacia ellos, y solo hacia ellos.

Bea

jueves, 12 de enero de 2012

Diez cosas que tu alumno con autismo quisiera que supieras Estas ideas ayudan a otros niños también. por Ellen Notbohm

Traducido en su totalidad por Ari Hurtado de Molina con permiso del autor.

Nota del autor: Cuando mi artículo “Diez cosas que todo niño con autismo quisiera que supieras” fue publicado por primera vez en 2004, no hubiera podido imaginar la respuesta. Lector tras lector escribían para decirme que debía de ser una lectura obligada para trabajadores sociales, maestros, padres y familiares de niños autistas. “Es justo lo que diría mi hija si pudiera”, dijo una madre. “Cómo quisiera haber leído esto hace cinco años. A mi esposo y a mí nos tomo mucho tiempo ‘aprender’ estas cosas”, dijo otra. Al ir acumulando respuestas, decidí que el impacto venía del hecho que el artículo hablaba desde la voz de un niño, una voz que no es escuchada frecuentemente. Existe una gran necesidad (y una creciente disposición) de la población en general para entender el mundo tal y como lo vive el niño autista. “Diez cosas que todo niño con autismo quisiera que supieras” se convirtió en un libro en 2005 y la voz de nuestro niño regresó en este artículo para decirnos lo que los niños con autismo quisieran que sus maestros supieran. También tuvo mucha popularidad y mi libro con el mismo título, se publicó en 2006.
Aquí están diez cosas que tu alumno con autismo quisiera que supieras:


1. El comportamiento es comunicación. Todo comportamiento ocurre por alguna razón. Te dice, incluso cuando mis palabras no pueden, cómo percibo lo que está sucediendo a mi alrededor.

El comportamiento negativo interfiere con mi proceso de aprendizaje pero no es suficiente solamente interrumpir estos comportamientos. Enséñame a cambiar esos comportamientos con alternativas adecuadas para que el aprendizaje real pueda fluir.

Empieza por creer esto: Yo realmente quiero aprender a interactuar apropiadamente. Ningún niño quiere la retroalimentación que destruye el espíritu que obtenemos del “mal” comportamiento. El mal comportamiento normalmente significa que estoy abrumado por percepciones sensoriales alteradas, que no puedo comunicar los que quiero o lo que necesito o que no entiendo o que se espera de mí. Observa más allá del comportamiento para encontrar la causa de mi resistencia. Anota observaciones de lo que sucedió justo antes del comportamiento, las personas involucradas, hora del día, actividades, ubicación, etc. Con el tiempo puede surgir un patrón.

2. Nunca asumas nada. Sin respaldo basado en hechos, una suposición es solamente una conjetura. Probablemente no sé o no entiendo las reglas. Puedo haber escuchado las instrucciones pero no haberlas entendido. Puedo haberlo sabido ayer y no lo recuerdo hoy. Pregúntate:

¿Estás seguro que realmente sé hacer lo que se me está pidiendo? Si de repente necesito correr al baño cada vez que se me pide hacer un ejercicio de matemáticas, tal vez no sé cómo o temo que mi esfuerzo no sea suficiente. Acompáñame durante varias repeticiones de la tarea hasta que me sienta capaz. Puedo necesitar más práctica que otros niños para dominar algunas tareas.
¿Estás seguro que de verdad conozco las reglas? ¿Entiendo el motivo de la regla (seguridad, economía, salud)? ¿Estoy rompiendo la regla por alguna causa subyacente? Tal vez saqué un tentempié de mi lonchera temprano porque estaba preocupado por terminar mi proyecto de ciencias, no desayuné y ahora estoy muerto de hambre.
3. Busca primero problemas sensoriales. Muchos de mis comportamientos renuentes vienen de molestias sensoriales. Un ejemplo de esto es la iluminación fluorescente, que ha demostrado una y otra vez ser un gran problema para niños como yo. El zumbido que produce es muy molesto para mi oído hipersensible, y la pulsación natural de la luz puede distorsionar mi percepción visual, haciendo que los objetos del salón parecieran moverse constantemente. Una lámpara incandescente en mi escritorio reduce el parpadeo, así como las nuevas lámparas de luz natural. Tal vez necesite sentarme cerca de ti; no entiendo lo que dices debido a que hay demasiados ruidos “entre nosotros” (la cortadora de pasto afuera, Jasmine susurrando a Tanya, sillas rechinando, un sacapuntas afilando).

Pide a la terapeuta ocupacional de la escuela, ideas para hacer un salón sensorialmente amable. En realidad, será bueno para todos los niños, no solo para mí.


4. Permíteme un descanso para auto-regularme antes de que lo necesite. Una esquina del salón alfombrada, con algunos cojines, libros y audífonos me permite tener un lugar en donde re-agruparme cuando me siento abrumado, pero no está físicamente tan alejado para que me permita reintegrarme al ritmo de la actividad de la clase sin problemas.

5. Dime lo que quieres que haga de una forma positiva, más que autoritaria. Si dices: “¡Dejaste un desorden en el lavabo!” es simplemente un hecho para mí. No soy capaz de inferir que lo que en realidad quieres decir es: “Por favor enjuaga tu vaso de pintura y deposita el papel en la basura”. No me hagas adivinar o averiguar lo que debo hacer.

6. Mantén tus expectativas razonables. Esa asamblea de toda la escuela, repleta de niños abarrotados en tribunas y un chico hablando monótonamente acerca de una venta de dulces es incómoda y no tiene sentido para mí. Tal vez yo estaría mejor ayudando a la secretaria de la escuela a diseñar el boletín.

7. Ayúdame a pasar de una actividad a otra. Me toma un poco más de tiempo planear mi cambio de actividad. Dame un aviso cinco minutos antes y luego dos minutos antes de cambiar de actividad y aparta algunos minutos extra al final para compensarlo. Una carátula de reloj o un cronómetro en mi escritorio me da pistas visuales para el momento de la próxima transición y me ayuda a manejarlo de forma más independiente.

8. No empeores una mala situación. Yo sé que aunque eres un adulto maduro, a veces puedes tomar malas decisiones en el calor del momento. De verdad no quiero perder el control, mostrar mi enojo ni interrumpir tu clase. Me puedes ayudar a superarlo más rápido al no responder con conductas hostiles. Toma en cuenta las siguientes respuestas que prolongan una crisis más que resolverlas:

Subir el tono o volumen de tu voz. Yo escucho gritos y chillidos, pero no tus palabras.
Burlarte de mí o imitarme. Avergonzarme por medio de sarcasmo e insultos no va a evitar mi mal comportamiento.
Hacer acusaciones no comprobadas.
Darme un doble mensaje, no siendo congruente a tu comportamiento.
Compararme con mi hermano o con otro alumno.
Sacar a colación eventos previos o no relacionados.
Agruparme en una categoría general o etiquetarme (“niños como tú son todos iguales).
9. Critica con delicadeza. Seamos honestos; qué tan bueno eres tú para aceptar críticas “constructivas”. La madurez y auto-confianza que necesito para poder hacerlo puede estar muy lejos de mis habilidades actuales.

¡Por favor! Nunca trates de disciplinarme o corregirme cuando estoy enojado, consternado, sobre-estimulado, cerrado, ansioso o de cualquier otra forma que tenga incapacidad emocional para interactuar contigo.
Una vez más, recuerda que reaccionaré de igual forma, si no es que más, a las características de tu voz que a las palabras. Escucharé los gritos y la molestia, pero no entenderé las palabras y por lo tanto, no entenderé qué hice mal. Habla en tonos bajos y agáchate también, para que te comuniques a mi nivel, en lugar de una posición amenazante.
Ayúdame a entender el comportamiento inadecuado de forma comprensiva y enfocada en soluciones más que castigándome y regañándome. Ayúdame a identificar los sentimientos que disparan el comportamiento. Puedo decir que estaba enojado, pero tal vez tenía miedo, estaba frustrado, enojado o celoso. Investiga más allá de mi primera respuesta.
Practica o actúa conmigo (enséñame) una mejor forma de manejar la próxima vez la situación. Un guión gráfico, un trabajo con fotografías o una historia pueden ayudar. Prepárate para actuarlo muchas veces. No hay formulas únicas. Y la “próxima vez” que lo haga bien, dímelo de inmediato.
Me ayuda si tú me modelas un comportamiento adecuado al responder a las críticas.
10. Ofréceme únicamente opciones reales. No me ofrezcas una opción o preguntes: “Quieres….” a menos que estés dispuesto a aceptar un “no” como respuesta. Puedo contestarte un honesto “no” si preguntas: “¿Puedes leer en voz alta?” o “¿Quieres compartir tus pinturas con Guillermo?” Me es difícil confiar en ti cuando las opciones no son realmente opciones.

Tú das por hecho el asombroso número de opciones que tienes diariamente. Estás constantemente eligiendo opciones sabiendo que, tanto tener opciones como poder elegir, te da control sobre tu vida y tu futuro. Para mí, las opciones son mucho más limitadas, lo que hace más difícil que sienta confianza en mí mismo. Proveerme de opciones constantemente, me ayuda a estar más activamente entusiasmado con la vida diaria.

Cuando sea posible, ofréceme opciones de cosas que ‘tengo’ que hacer. En lugar de decir: “Escribe tu nombre y la fecha en la parte de arriba de la hoja”, dime: “¿Quieres escribir primero tu nombre o la fecha?” o “¿Quieres escribir primero las letras o los números? A continuación, enséñame cómo hacerlo: “¿Puedes ver cómo está escribiendo Juan su nombre en su hoja?
Darme opciones me ayuda a aprender un comportamiento adecuado, pero también necesito aprender que hay ocasiones en que no lo puedes hacer. Cuando esto suceda, no me frustraré tanto si entiendo el porqué;
“No puedo darte una opción en esta ocasión porque es peligroso. Puedes lastimarte.”
“No puedo darte esa opción porque sería malo para Danny (tiene efecto negativo en otro niño).
“Te doy muchas opciones pero en esta ocasión, el adulto debe elegir.”
Una última palabra: cree. Henry Ford dijo: “Ya sea que pienses que puedes o que pienses que no puedes, usualmente estarás en lo correcto. Cree que puedes marcar la diferencia en mí. Requiere adecuar y adaptar, pero el autismo es una diferencia de aprendizaje indefinida .No existen límites superiores en aprovechamiento. Puedo sentir mucho más de lo que puedo comunicar y lo primero que puedo sentir (percibir) es si tú crees que “lo puedo lograr”. Impúlsame me para ser todo lo que puedo ser, para que pueda continuar creciendo y tenga éxito mucho después de haber dejado tu clase.

© 2005, 2010 Ellen Notbohm

Ellen Notbohm es autora de “Ten Things Every Child with Autism Wishes You Knew, Ten Things Your Student with Autism Wishes You Knew, y The Autism Trail Guide: Postcards from the Road Less Traveled, todos ellos finalistas al reconocimiento “ForeWord Book of the Year”. También es co-autora del galardonado libro “1001 Great Ideas for Teaching and Raising Children with Autism or Asperger’s” y colaboradora de numerosas publicaciones y sitios web alrededor de todo el mundo.

lunes, 9 de enero de 2012

El viaje a Holanda

Emily Pearl Kinsgley, escritora del programa de TV “Barrio Sésamo” y madre de un niño con Síndrome de Down, escribió este cuento para describir la experiencia de educar a un hijo con necesidades especiales:

"El viaje a Holanda"


“Esperar un bebé es como planear un fabuloso viaje de vacaciones a Italia:





Compras muchas guías de turismo y haces unos planes maravillosos: el Coliseo,
el David de Miguel Angel, las góndolas de Venecia…También puedes aprender algunas
frases en italiano. Todo es muy excitante.
Después de meses de preparación,finalmente llega el día: haces la maleta y
estás muy nervioso.
Algunas horas después, en el avión, la azafata dice: “Bienvenidos a Holanda”.
“¿Holanda?”, preguntas. “¿Cómo que Holanda? ¡Yo pagué para ir a Italia! Toda mi
vida he soñado con ir a Italia.”
Sin embargo, ha habido un cambio en el plan de vuelo, el avión ha aterrizado en
Holanda y ahí te tienes que quedar.
Así que tienes que salir y comprar nuevas guías de turismo, incluso tendrás que aprender un idioma nuevo.
Lo importante es que no te han llevado a un lugar horrible: se trata, simplemente, de un lugar diferente.
Es más lento y menos deslumbrante que Italia. Pero después de pasar allí algún tiempo y de recuperar la respiración, empiezas a mirar a tu alrededor y te das cuenta de que Holanda tiene molinos de viento, tulipanes, incluso Rembrandts…





Pero todos tus conocidos están ocupados yendo y viniendo de Italia, presumiendo de los días maravillosos que han pasado.
Y durante el resto de tu vida, te dirás: “Sí, ahí es donde se suponía que iba yo. Eso es lo que yo había planeado.”

Este dolor no desaparece nunca, porque la pérdida de este sueño es una pérdida
muy significativa.
Pero si malgastas tu vida lamentando no haber ido a Italia, nunca podrás ser libre para disfrutar de lo que es especial: las cosas encantadoras que te ofrece Holanda.


Ya llevo más de una década en Holanda. Se ha convertido en mi hogar. He tenido tiempo para recobrar el aliento, para establecerme y acomodarme, y para aceptar algo diferente a lo que había planificado.

Mirando atrás, reflexiono sobre los años cuando recién arribé a Holanda. Recuerdo con claridad el golpe emocional, mi temor, mi ira - el dolor y la incertidumbre. Durante esos primeros años, traté de regresar a Italia, tal como lo había planeado, pero fue en Holanda que debí permanecer. Hoy en día, puedo decir lo mucho que he andado en este viaje inesperado. He aprendido tanto. Pero, este recorrido ha tomado su tiempo.


Trabajé duro. Compré nuevas guías de viaje. Aprendí un nuevo idioma y lentamente hallé mi camino en esta nueva tierra. Conocí a otras personas cuyos planes cambiaron, al igual que los míos, y que podían compartir mi experiencia. Nos apoyamos mutuamente y algunos se han convertido en amigos muy especiales. Algunos de estos compañeros de viaje llevaban más tiempo que yo en Holanda y resultaron ser guías veteranos, ayudándome a lo largo del camino. Muchos me han alentado. Muchos me han enseñado a abrir mis ojos a las maravillas que pueden contemplarse en esta nueva tierra. He descubierto una comunidad que se preocupa. Holanda no era tan mala. Creo que Holanda está acostumbrada a viajeros extraviados, como yo, y se ha tornado en una tierra hospitalaria, que extiende la mano para dar la bienvenida, ayudar y apoyar a recién llegados como yo.


A lo largo de los años, me he preguntado cómo hubiera sido mi vida si hubiera aterrizado en Italia, como lo planifiqué. ¿Hubiera sido más fácil? ¿Hubiera sido tan enriquecedora? ¿Hubiera aprendido yo algunas de las lecciones tan importantes que he llegado a asimilar? Cierto, este viaje ha sido más retador y a veces yo he pataleado y he exclamado en protesta y por frustración (y aún lo hago).

Y efectivamente, Holanda va a paso más lento que Italia y es menos llamativa que Italia. Pero también esto se ha convertido en una ventaja inesperada. De cierta forma, he aprendido a aminorar la marcha y a mirar más de cerca las cosas, ganando una nueva apreciación de las bellezas notables de Holanda, con sus tulipanes, molinos de viento y obras de Rembrandt.
He llegado a querer a Holanda y a llamarla mi Hogar.

Me he convertido en un viajero del mundo y he descubierto que no importa donde se aterrice. Lo que es más importante es lo que se logre hacer del viaje y que se vean y disfruten de las cosas especiales, las cosas hermosas, las cosas que Holanda, o cualquier paraje, tiene que ofrecer.
Cierto, hace más de una década que llegué a un lugar que no había planificado. Sin embargo, estoy agradecida, porque este destino ha sido más enriquecedor de lo que hubiese podido imaginar. "

Mi viaje a Holanda:

Cuando leí este texto por primera vez, me emocioné, todavía estaba en esa fase donde el dolor de un destino diferente podía conmigo. Recuerdo que lo imprimí para mi marido y para los abuelos porque significo para mi un canto a la esperanza.

Mi Holanda es el autismo, y cuando me dijeron que mi hijo tiene un síndrome que no tiene cura sentí un dolor tan profundo, sentí tanto miedo. Italia  estaba en mis planes, mis "vacaciones perfectas" cambiaron de destino, y gracias a muchas amigas fui descubriendo que el sol sale cada día en todo el mundo, aunque al principio cueste fijarse en el, aunque hay días de nubes o de tormentas en Italia y en Holanda, pero también días en los que brilla el sol.

Ahora Holanda es mi hogar, se puede formar un hogar en cualquier parte, somos una familia diferente, pero feliz, que cada día piensa menos en Italia y va descubriendo las cosas bellas de Holanda, estoy de acuerdo con Emily Pearl, y tengo que agradecer que este cambio de planes me ha hecho mas fuerte y mejor persona. Es inevitable, me pasa cuando voy al parque o a buscar a  mi hijo al colegio y al ver a los otros niños me pregunto como sería mi vida en Italia. Pero aquí en Holanda puedo ya echar la vista atrás y en estos dos años hemos conseguido tantas cosas, y seguimos trabajando por eso, por ser una familia diferente pero feliz.


María