.

.

domingo, 29 de enero de 2012

“El cerebro del amor, es el corazón” (Iyán, octubre de 2011)

Llegaste pronto al mundo, pero mantuviste tus ojos cerrados durante días. Cerrados alexterior, concentrado en respirar,  en salir de la incubadora. Saliste. Fuerte, con tus ojazos azules abiertos, interesándose por todo.
Tú voz se escondió, no lograba salir de tu cerebro. Ese cerebro al que tanto le hablamos tú y yo. Ese que me has dicho tiene muchas fotos. Pero tú voz surgió, primero neutra sin acentos, ahora ya tiene personalidad propia: clara, cristalina como tu risa.
Tus manos no conseguían dibujar, pero también lo lograron y ahora plasman la creatividad que derrocha tu cerebro.
No reaccionabas ante mis lágrimas, podía llorar a tú lado. Ahora me preguntas, me consuelas.
Con 4 años señalando una foto en la que tenías casi tres me explicaste que en esa foto no hablabas y que llorabas por ello, que estabas triste. Te pregunté si nos entendías, si sabías que te queríamos. Sí, me contestaste.
​Hubo un tiempo en que no podías explicar cómo te sentías, que te molestaba, que querías. Ahora, vas controlándote, vas explicando que ruido te molesta, que cosas te alteran,…buscamos soluciones juntos. Aún debemos buscar más, surgen nuevos cambios, nuevas situaciones que tienes que aprender a afrontar.
No se dormir, me dijiste un día. Siempre has dormido mal, un sueño alterado, intranquilo, que ha ido mejorando un poquito pero con el que tenemos que convivir.
Has tenido la suerte de encontrarte con personas estupendas en estos tres años trascurridos desde el diagnóstico. Ahora ya hablamos de personas, durante mucho tiempo para tu cerebro  eran seres humanos. Personas que te han ayudado, protegido, estimulado, respetado.
Tú pasión son los animales, tu devoción los cocodrilos. Pero no olvidemos a los delfines, tus amigos mágicos.
Yo durante un tiempo estuve enfadada con el mundo. Después sentí miedo, aún lo siento. Pero siempre he creído que tú, papá y yo tenemos que aprender, día adía, a vivir entre dos mundos y aprovechar lo mejor de cada uno.
 
Un día de mayo de 2008 el autismo  apareció en nuestra vida. Apareció, estaba ahí pero no lo sabíamos reconocer. Un día de julio de 2010 volvió a aparecer pero hacía meses que yo lo había reconocido a nuestro lado, pero eso es parte de otra historia.
Gey

4 comentarios:

  1. Gracias Gey, porque tus palabras a la vez de emocionar transmiten muchísimo amor y optimismo. Estoy desando conocer al prota de tu relato, porque debe ser tan maravilloso como su madre.
    Un beso enorme

    ResponderEliminar
  2. Así es la vida...planificas todos tus pasos, los de tu hijo...y aparece algo inesperado, esa etiqueta que te bombardea la cabeza, hasta que eres capaz de decir MI HIJO TIENE AUTISMO, pero cuando eres capaz de decirlo...te llega el ORGULLO que estabas esperando, por tener un hijo así. Besín a tod@s.

    ResponderEliminar
  3. Me encanta como sientes a tu hijo Gey, lo mejor que les puede pasar a nuestros hijos es que les queramos así y les respetemos tal como son, si encima conseguimos entenderles como tu lo has hecho y ayudarles... ya puedes estar orgullosa de ti misma.
    Os echamos de menos ayer, eres de las personas que le dan un valor añadido al grupo. Y tambien tengo muchas ganas de conocer a ese artista. Un abrazo!!

    ResponderEliminar
  4. Me siento doblemente identificada con tus palabras y muy agradecida por poder leerlas en estos momentos complicados de nuestras vidas....me ayudan a levantar mi ánimo herido y a intentar seguir peleando por mis TEAdolescentes cariñosos,complicados y retadores.Besos y gracias.

    ResponderEliminar